Cuando una guardería ofrece varias sesiones, el periodo en el que los padres dejan y recogen a sus hijos puede ser muy ajetreado, sobre todo si un miembro del personal sale continuamente de la sala para atender la puerta principal. El reto para Alison Huntley, propietaria de Guarderías TigresLa cuestión es cómo gestionar este periodo de gran actividad con un impacto mínimo en el tiempo del personal, al tiempo que se garantiza el cumplimiento de los procedimientos de seguridad.
Tigers Day Nursery ofrece tres sesiones: un día completo, una mañana y una tarde, y tiene hasta 150 niños que pasan por sus puertas cada día. La guardería de Thatcham tiene 11 habitaciones para los niños y está distribuida en dos niveles diferentes. También cuenta con un centro de formación específico, que suelen utilizar otras guarderías de la zona. Antes, la puerta principal de la guardería estaba siempre cerrada por seguridad. Si los padres querían dejar o recoger a sus hijos, tocaban el timbre y un miembro del personal acudía a abrir la puerta. Como no todos los padres recogían a la misma hora, inevitablemente había ocasiones en las que los padres tenían que esperar hasta que un miembro del personal estuviera libre para venir a dejarles entrar. Si a esto se añaden varias visitas de profesionales o servicios durante el día, el personal pasaba una cantidad de tiempo considerable subiendo y bajando las escaleras para contestar al timbre.
Para simplificar este proceso, pero sin comprometer la seguridad del control de acceso, la guardería añadió Cerraduras autónomas sin llave Codelocks a todas las puertas de las principales salas interiores. Las cerraduras funcionan con un código de cuatro o cinco dígitos que sólo conoce el personal. La puerta principal permanece abierta durante el día para que los padres puedan entrar directamente en el edificio y esperar fuera de la sala en la que está su hijo. Cada una de estas salas tiene una ventana de cristal para que el personal pueda ver claramente quién está esperando y hay un timbre para llamar la atención.
Los padres se alegran de no tener que esperar fuera y están seguros de que la seguridad es mejor que nunca. El acceso sigue siendo restringido para padres y visitantes, y si el personal no reconoce a la persona que está en la puerta de la habitación, no la abre. La guardería utiliza un sistema de contraseñas para autorizar a otros miembros de la familia o amigos a recoger a los niños. El código de la puerta nunca se facilita a los padres ni a los estudiantes en prácticas. Los códigos de acceso de las cerraduras se modifican periódicamente para garantizar su eficacia. Si un miembro del personal se marcha, los códigos pueden cambiarse inmediatamente para que la seguridad no se vea comprometida.
La propietaria de la guardería, Alison Huntley, ha ampliado el uso de las cerraduras de pulsador a todas las demás puertas, incluida la sala de profesores y el centro de formación de la guardería de Thatcham. Como las cerraduras han tenido tanto éxito, Alison también ha instalado Pestillo electrónico CL2255 en su nueva sede de Swindon. Las cerraduras con pulsador han permitido a la guardería controlar sus problemas de acceso y mejorar la seguridad. La nueva rutina es mucho más cómoda para todos; el personal ya no tiene que salir de una habitación para abrir la puerta principal y los padres no tienen que esperar fuera. Las cerraduras son fáciles de instalar y programar, y contribuyen enormemente al buen funcionamiento diario de la guardería.
“We are very happy with the coded locks. They serve their purpose very clearly in terms of the security of the nursery. They are simple to use and fit. It’s easier now for the staff to manage pick up and drop off times.”
“It’s definitely helped the parents too, not only with their peace of mind, that their children are in a safe environment, but also for busy parents that need quick and easy access when picking up their child.” - Jane Tubb, Operations Manager at Tigers, on the CL2255.
02, Dec 2016
